El color es la base del diseño. La utilización que se hace del mismo puede variar el mensaje que queremos comunicar y puede tener sentidos opuestos según el país al que nos dirijamos.
En el sector del diseño gráfico y la publicidad, es crucial el tratamiento que se le da al color y tenemos que entender bien cómo funciona, pues no trabajamos igual para diseños dirigidos a Internet, TV o imprenta. Cada elección tiene un motivo y un significado. Vamos a verlo.
Los colores primarios
El color primario, es aquel que no puede obtenerse mezclando ningún otro color. Es un modelo basado en la respuesta de los receptores del ojo humano ante la presencia de ciertas frecuencias de luz y sus interferencias.
En realidad, puede haber un número indefinido de colores limitado por la sensibilidad del ojo. El ser humano es tricrómata, pues sólo contiene tres tipos de receptores, llamados conos L, M y S que responden a longitudes de onda específicas de luz roja, verde y azul.
Por este motivo, los colores primarios en la luz son los conocidos como RGB (Red, Green, Blue) o RVA en español (Rojo, Verde, Azul). Con ellos se puede representar una amplia gama de colores y, mezclando los tres en igual intensidad, el resultado tienda al blanco y los colores secundarios al cian, magenta y amarillo.
Por otro lado, los colores primarios en el pigmento son el cian, magenta y amarillo, conocidos como CMYK (cyan, magenta, yellow, black), cuya mezcla en partes iguales tiende al negro y como colores secundarios resultan el naranja, verde y violeta.
Fundamentos y relaciones del color
Una composición que se base en el blanco y el negro se puede lograr hacer dinámica cambiando el contraste, luminosidad, espaciado… Pero cuando utilizamos color aportamos dimensión, expresión y claridad.
El color se define por cuatro cualidades básicas: tono, saturación, luminosidad y temperatura. El tono es la identidad, la saturación la intensidad, la luminosidad es la tendencia a oscuridad o brillo y la temperatura es una cualidad subjetiva sujeta a la sensación que nos evoca. Un color cálido como el rojo nos evoca calor, y uno frío como el azul nos evoca sensaciones u objetos ‘fríos’. Pero esta sensación es relativa, porque si comparas dos tonalidades de azul, una siempre te va a parecer que tiende más a rojizo y el otro a verde.
De ahí nacen las relaciones de los colores, que forman el círculo cromático de Munsell, un pintor y científico británico que desarrolló una representación circular de los tonos en base a su longitud de onda modificada a lo largo de dos ejes que describen la brillantez y la saturación. No fue el primero en crear una rueda cromática, pues ya lo hicieron antes Newton, Goethe o Hatt, entre otros, pero la de Munsell es la más utilizada.
Los colores situados cerca en esta secuencia reciben el nombre de análogos, y los situados uno enfrente del otro son los complementarios.
Psicología del color
El componente emocional del color está relacionado con la experiencia humana a un nivel instintivo y biológico. Los colores más cálidos tienen mayor longitud de onda, por lo que al procesarlos necesitamos un nivel mayor de energía. Por el contrario, la menor longitud de onda de los colores fríos ralentiza nuestro metabolismo y produce un efecto calmante, sedante.
Las propiedades de los colores también dependen de la cultura. En las sociedades cristianas el negro se asocia al luto, pero en la hindúes la muerte se asocia al color blanco.
¿Quieres conocer el simbolismo cromático de cada color? No te pierdas nuestro siguiente post.
Fuentes: Wikipedia | Tipografía para diseñadores, de Timothy Samara